La casa, construida a principios del siglo pasado con basalto azul trabajado a mano, se renovó por completo a finales de la década de 1990 y goza de las grandes ventajas climáticas de este método de construcción, combinadas con las puertas, ventanas, tablas del suelo y cerchas del tejado de madera de tea local y completamente imperecedera.

En la planta superior, a la que se accede a través del jardín con sus caminos bien trazados por una terraza cubierta, hay una espaciosa cocina-comedor. Aquí es donde se desarrolla la vida, una cocina equipada, una zona de comedor así como una cama de invitados ofrecen todo lo necesario para vivir aquí. La iluminación corre a cargo de dos ventanas de guillotina clásicas, así como de dos puertas en los respectivos frontales. En la parte de arriba, durante la reforma se añadió un cuarto de baño con ducha, así como un pequeño trastero y una lavadora. Una empinada pero funcional escalera de terciopelo conduce a la planta baja, que alberga un dormitorio con zona de estar y lectura, así como un armario. Esta habitación también tiene una puerta exterior, así como una ventana de guillotina clásica, ambas de madera de tea.

Arriba, la puerta trasera conduce a un cobertizo de almacenamiento de madera, así como a una zona de estar al aire libre con vistas al mar.

La parcela, bastante empinada, se ha urbanizado con caminos ajardinados bien trazados y está plantada con almendros, palmeras y otras plantas ornamentales.

La finca está por supuesto conectada a la red pública de electricidad y agua potable, la conexión a internet es actualmente a través de la red de telefonía móvil con un router fijo, pero una conexión a la red fija a través de cable de cobre o fibra óptica no debería ser un problema.

Aunque la casa necesita poca calefacción debido a su construcción, hay una estufa de leña en la planta baja, cuyo conducto también calienta la planta superior, así como un sistema de aire acondicionado con función de calefacción en el salón. El acceso es a través de un camino público bien pavimentado y un camino de hormigón muy pequeño que sirve sólo a otras dos casas más. La proximidad al centro de Tinizara también permite a los residentes que no deseen utilizar el coche llegar en pocos minutos a pie a dos bares/restaurantes, un pequeño supermercado y una tienda de alimentos ecológicos, así como a la parada de autobús.